Puzles y Rompecabezas para vencer al aburrimiento

Los expertos coinciden en señalar las ventajas de jugar con puzles y rompecabezas en cualquier rango de edad, adaptando la dificultad según lo indicado por el fabricante. De esta forma los niños que juegan con puzles estimulan su mente y sus percepciones cognitivas. En los adultos, jugar con puzles disminuye el deterioro de neuronas, manteniendo la mente en forma.

Durante el confinamiento han sido un recurso importante de las familias para entretenerse y no es en vano ya que los puzles:

• Amplio rango de edades: cualquier persona es capaz de disfrutar de un puzle, independientemente de su edad, tanto niños como adultos.
• Mejoran la capacidad de concentración: la colocación de cada pieza de un puzle supone una actividad absorbente que permite un grado de abstracción que posteriomente puede ser utilizado en otros campos.
• Aumentan la memoria visual: la reproducción de una imagen que está dividida en pequeñas partes, favorece este tipo de memoria.
• En los niños mejoran el desarrollo psicomotriz: al tener que coger piezas y colocarlas en su lugar correspondiente, se entrenan los movimientos de pinza con el pulgar y el índice.
• Fortalecen la capacidad espacial: la forma de las piezas, la situación en el plano, más cerca, más lejos, la perspectiva de la imagen, todos estos factores ayudan a trabajar la capacidad espacial y la resolución de problemas.
• Permiten el autocontrol y la reflexión.
• Estimulan la relajación: la concentración requerida para colocar las piezas permite evadirse de otros temas.
• Función socializadora: si se juega en grupo o familia, sirven para socializar.
• Sin límite de tiempo: puedes dejar de jugar y retomarlo en cualquier momento, el puzle te estará esperando.
• Atemporalidad: los puzles tienen una vida útil larguísima y no pasan de moda.

Cada puzle tiene una edad recomendada por el fabricante. Esta indicación se da en función de la complejidad del puzle, el número de piezas, las imágenes o motivos que se representan, la forma de las piezas….

A un niño le resultará frustrante intentar montar un puzle para adultos, si es demasiado complicado o poco atractivo. De la misma forma a un adulto no le parecerá interesante hacer un rompecabezas infantil, demasiado sencillo.

Otra característica a tener en cuenta a la hora de elegir un puzle es el número de piezas. Es necesario saber quién va a usarlo para tener una guía del número de piezas que debe tener.

Los rompecabezas infantiles más sencillos tienen un máximo de 4 piezas. Para los niños algo mayores sería aconsejable puzles de 300 piezas, como mucho. En los adolescentes subiríamos hasta las 500 piezas. Mientras que los de adultos pueden llegar a las miles de piezas, siendo el mínimo aconsejable puzles de 1000 piezas.